26 Abr 2021
Andrea Gamarnik fue incorporada a la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias
Por su trayectoria y destacadas contribuciones en el campo de la virología molecular, la científica del Instituto Leloir recibió la distinción de nuevo miembro de esa prestigiosa organización fundada en 1780. La investigadora ha realizado importantes avances sobre la biología molecular de los virus de dengue y Zika y lideró el desarrollo de los primeros test serológicos argentinos para COVID-19.
La Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias (American Academy of Arts and Sciences, AAAS) designó como nuevo miembro a Andrea Gamarnik, científica del CONICET en la Fundación Instituto Leloir (FIL), por su trayectoria y contribuciones en el área de la virología molecular.
A lo largo de los años, el laboratorio de Gamarnik ha hecho contribuciones fundamentales sobre el mecanismo de replicación de los virus del dengue y del Zika y en tiempo récord, tras la declaración de la pandemia por COVID-19, lideró al equipo de trabajo que desarrolló los primeros test serológicos argentinos para COVID-19, aprobados por ANMAT.
“Agradezco este reconocimiento a mi labor científica de muchos años. Debo destacar que este es el fruto de haber contado con una universidad pública para mi formación y de haber recibido el apoyo de instituciones como el CONICET y el Instituto Leloir que fomentaron la creación de grupos de investigación”, afirmó Gamarnik, viróloga molecular, investigadora superior del CONICET y jefa del Laboratorio de Virología Molecular puesto en marcha en la FIL en 2001.
Gamarnik fue incluida este año en una lista de 252 nuevos miembros de la AAAS entre los que también figuran el paleoantropólogo etíope Zeresenay Alemeseged, descubridor de los restos de Selam, una niña de Australopithecus afarensis de 3,3 millones de años; a la científica de computación de Stanford Fei-Fei Li; al creador y cineasta Arthur Jafa; a la emprendedora de medios y filántropa Oprah Winfrey; al neurocirujano y corresponsal médico de CNN Sanjay Gupta; al físico uruguayo Rodolfo Gambini; y a otros dos investigadores argentinos radicados en Estados Unidos: el doctor en Microbiología Luciano Marraffini, director de un laboratorio en la Universidad Rockefeller, en Nueva York, y la doctora en Química Valeria Molinero, del Departamento de Química de la Universidad de Utah.
La distinción de la AAAS apunta a reconocer a “personas extraordinarias que ayudan a resolver los desafíos más urgentes del mundo, crean significado a través del arte y contribuyen al bien común desde todos los campos, disciplinas y profesiones”. En el pasado, esta organización fundada en 1780 incorporó a Charles Darwin (1874); Albert Einstein (1924), Margaret Mead (1948), Martin Luther King, Jr. (1966) y otras destacadas figuras. Entre los argentinos, el listado de quienes han sido nombrados miembros incluye a los políticos Manuel Moreno (1825), Alfredo Palacios (1945) y Rodolfo Terragno (2012); a los Premios Nobel Bernardo Houssay (1941) y Luis Federico Leloir (1961); a los escritores Jorge Luis Borges (1968) y Luisa Valenzuela (2011); al historiador Tulio Halperín Donghi; y al compositor Alberto Ginastera (1965).
Hallazgos fundamentales
Gamarnik se formó en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA y luego de realizar un postdoctorado en la Universidad de California, San Francisco, en Estados Unidos, regresó a Argentina gracias a un programa de repatriación lanzado por FIL hace aproximadamente 20 años.
Centró sus estudios en el virus del dengue, “un problema de salud pública de gran relevancia para nuestra región. Para poder controlarlo, es necesario saber cómo funciona, cómo infecta a la célula y cómo causa enfermedad. En nuestro laboratorio estudiamos al virus a nivel molecular con el fin de conocer el sistema y poder así identificar los puntos débiles que permitan el desarrollo de antivirales y vacunas efectivas”, explicó Gamarnik. Por su trayectoria y descubrimientos sobre los mecanismos que regulan la replicación del virus del dengue, Gamarnik recibió en 2016 el Premio internacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” en representación de América Latina.
En 2006, Gamarnik y su equipo descubrió cómo se multiplica el virus del dengue. Sus estudios permitieron describir paso a paso cómo se amplifica el material genético de ese patógeno. Este descubrimiento fue aplicado a más de 50 virus transmitidos por insectos que causan enfermedades en humanos. Otro descubrimiento notable de su grupo se focalizó en los rápidos procesos de adaptación viral que se observan cuando el dengue pasa desde el mosquito vector (Aedes aegypti y Aedes albopictus) a humanos y viceversa. “Entender las barreras biológicas que debe atravesar un virus para pasar de una especie a otra -mosquito a humano en el caso de dengue- nos permite descifrar los mecanismos por medio de los cuales emergen virus de animales para infectar humanos, como es el caso del nuevo coronavirus”, explicó Gamarnik.
El 55% de los miembros elegidos en 2021 por la AAAS son mujeres. “Hay una brecha de género, las mujeres enfrentamos barreras multifactoriales para avanzar en nuestras carreras científicas. Por esto celebro que la Academia haya reconocido a tantas mujeres”, señaló.
Primeros test serológicos argentinos para COVID-19
Con la pandemia, Gamarnik lideró un grupo de trabajo multidisciplinario que, con financiamiento público en el marco de una iniciativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), produjo los kits de análisis serológico para COVID-19 “COVIDAR”. Más de un millón de estos test fueron donados a hospitales públicos y privados hasta el mes de diciembre de 2020.
Este grupo de trabajo también ha participado de iniciativas de vigilancia de la infección en barrios, de selección de plasma de convalecientes para terapias y de respuesta inmune en personas vacunadas.
“Hace 20 años que trabajamos en el CONICET sobre la biología de los virus de ARN y este entrenamiento previo nos permite abordar muy rápidamente temas que ahora son relevantes para la pandemia. Se requiere de gran flexibilidad porque la pandemia va cambiando y hay que tener la capacidad de responder a esos cambios. Si hay algo para lo que estamos entrenados en el laboratorio es para resolver problemas de virología y lo estamos haciendo con total entrega”, concluyó Gamarnik.
La Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias (American Academy of Arts and Sciences, AAAS) designó como nuevo miembro a Andrea Gamarnik, científica del CONICET en la Fundación Instituto Leloir (FIL), por su trayectoria y contribuciones en el área de la virología molecular.
A lo largo de los años, el laboratorio de Gamarnik ha hecho contribuciones fundamentales sobre el mecanismo de replicación de los virus del dengue y del Zika y en tiempo récord, tras la declaración de la pandemia por COVID-19, lideró al equipo de trabajo que desarrolló los primeros test serológicos argentinos para COVID-19, aprobados por ANMAT.
“Agradezco este reconocimiento a mi labor científica de muchos años. Debo destacar que este es el fruto de haber contado con una universidad pública para mi formación y de haber recibido el apoyo de instituciones como el CONICET y el Instituto Leloir que fomentaron la creación de grupos de investigación”, afirmó Gamarnik, viróloga molecular, investigadora superior del CONICET y jefa del Laboratorio de Virología Molecular puesto en marcha en la FIL en 2001.
Gamarnik fue incluida este año en una lista de 252 nuevos miembros de la AAAS entre los que también figuran el paleoantropólogo etíope Zeresenay Alemeseged, descubridor de los restos de Selam, una niña de Australopithecus afarensis de 3,3 millones de años; a la científica de computación de Stanford Fei-Fei Li; al creador y cineasta Arthur Jafa; a la emprendedora de medios y filántropa Oprah Winfrey; al neurocirujano y corresponsal médico de CNN Sanjay Gupta; al físico uruguayo Rodolfo Gambini; y a otros dos investigadores argentinos radicados en Estados Unidos: el doctor en Microbiología Luciano Marraffini, director de un laboratorio en la Universidad Rockefeller, en Nueva York, y la doctora en Química Valeria Molinero, del Departamento de Química de la Universidad de Utah.
La distinción de la AAAS apunta a reconocer a “personas extraordinarias que ayudan a resolver los desafíos más urgentes del mundo, crean significado a través del arte y contribuyen al bien común desde todos los campos, disciplinas y profesiones”. En el pasado, esta organización fundada en 1780 incorporó a Charles Darwin (1874); Albert Einstein (1924), Margaret Mead (1948), Martin Luther King, Jr. (1966) y otras destacadas figuras. Entre los argentinos, el listado de quienes han sido nombrados miembros incluye a los políticos Manuel Moreno (1825), Alfredo Palacios (1945) y Rodolfo Terragno (2012); a los Premios Nobel Bernardo Houssay (1941) y Luis Federico Leloir (1961); a los escritores Jorge Luis Borges (1968) y Luisa Valenzuela (2011); al historiador Tulio Halperín Donghi; y al compositor Alberto Ginastera (1965).
Hallazgos fundamentales
Gamarnik se formó en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA y luego de realizar un postdoctorado en la Universidad de California, San Francisco, en Estados Unidos, regresó a Argentina gracias a un programa de repatriación lanzado por FIL hace aproximadamente 20 años.
Centró sus estudios en el virus del dengue, “un problema de salud pública de gran relevancia para nuestra región. Para poder controlarlo, es necesario saber cómo funciona, cómo infecta a la célula y cómo causa enfermedad. En nuestro laboratorio estudiamos al virus a nivel molecular con el fin de conocer el sistema y poder así identificar los puntos débiles que permitan el desarrollo de antivirales y vacunas efectivas”, explicó Gamarnik. Por su trayectoria y descubrimientos sobre los mecanismos que regulan la replicación del virus del dengue, Gamarnik recibió en 2016 el Premio internacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” en representación de América Latina.
En 2006, Gamarnik y su equipo descubrió cómo se multiplica el virus del dengue. Sus estudios permitieron describir paso a paso cómo se amplifica el material genético de ese patógeno. Este descubrimiento fue aplicado a más de 50 virus transmitidos por insectos que causan enfermedades en humanos. Otro descubrimiento notable de su grupo se focalizó en los rápidos procesos de adaptación viral que se observan cuando el dengue pasa desde el mosquito vector (Aedes aegypti y Aedes albopictus) a humanos y viceversa. “Entender las barreras biológicas que debe atravesar un virus para pasar de una especie a otra -mosquito a humano en el caso de dengue- nos permite descifrar los mecanismos por medio de los cuales emergen virus de animales para infectar humanos, como es el caso del nuevo coronavirus”, explicó Gamarnik.
El 55% de los miembros elegidos en 2021 por la AAAS son mujeres. “Hay una brecha de género, las mujeres enfrentamos barreras multifactoriales para avanzar en nuestras carreras científicas. Por esto celebro que la Academia haya reconocido a tantas mujeres”, señaló.
Primeros test serológicos argentinos para COVID-19
Con la pandemia, Gamarnik lideró un grupo de trabajo multidisciplinario que, con financiamiento público en el marco de una iniciativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), produjo los kits de análisis serológico para COVID-19 “COVIDAR”. Más de un millón de estos test fueron donados a hospitales públicos y privados hasta el mes de diciembre de 2020.
Este grupo de trabajo también ha participado de iniciativas de vigilancia de la infección en barrios, de selección de plasma de convalecientes para terapias y de respuesta inmune en personas vacunadas.
“Hace 20 años que trabajamos en el CONICET sobre la biología de los virus de ARN y este entrenamiento previo nos permite abordar muy rápidamente temas que ahora son relevantes para la pandemia. Se requiere de gran flexibilidad porque la pandemia va cambiando y hay que tener la capacidad de responder a esos cambios. Si hay algo para lo que estamos entrenados en el laboratorio es para resolver problemas de virología y lo estamos haciendo con total entrega”, concluyó Gamarnik.